Mad days (comedia Yoshi)

Bueno, mis dos fics acabaron y no quería quedarme sin escribir. Acá les traigo un nuevo fic, pero esta vez con más comedia. Este creo que sí tendrá mas capítulos. Espero que les divierta.

Capítulo 1:

Fue una Navidad perfecta, hubo muchos regalos, mucha comida (sobre todo comida), muchas visitas a familiares, etc. Pero hoy se acabó el rollo. ¡Empiezan las clases! Me esperan unos días locos, porque no sabéis, ¡mi colegio está mas loco que yo! ¡Fijaos si eso es raro! Justamente, estaba soñando esa misma noche. Soñé que la Navidad seguía, más comida, mas regalos, ¿a que es una pasada? Pues justo cuando iba a abrir un regalo, ¡sonó el maldito despertador! Hora de levantarse... ¡No es justo! Bajé a desayunar con muy pocas ganas. Había galletas de chocolate blanco y un batido, mi desayuno favorito. ¡Pues también me lo tomé sin ganas! Mis padres se preocuparon, pero les dije que era normal, y también era normal que me entendiesen y no lo hicieron. Cogí mi cartera y fui al colegio cabizbajo. Un chico que me encontró por la calle, está en mi clase y le encanta el colegio me dijo:
-Hola Mad, ¿por qué tan triste?
-¿Tu qué crees? Las clases. Me entiendes, ¿no?
-Pues... no.
-Menudo rarito.
-Aquí el rarito eres tú, que el normbre Mad te pega demasiado.
-Ah, muy gracioso...
Me fui por otro camino. Estaba tan cabizbajo que me choqué con la pared en una curva. Uno se reía sin parar mientras me decía: "¡Imbécil!". Yo no le hice caso. Entré a la clase y me senté en el pupitre. ¡Oh, no! ¡Me toca Matemáticas! Eso significa dos cosas. Primero, odio las mates. Segundo, el profe de mates está chalado, no he visto un profesor tan loco en mi vida. Yo me llamaré "Mad" pero el se debería llamar "Loopy" que eso si que le pegaría. Por desgracia tiene un nombre tan feo y tan largo que ni me acuerdo. Entró y nos dijo:
-Bien, haced la página 56 entera excepto el 3, el 4, el 5, el 6, el 7, el 8, el 9, el 10, el 11, el 12 y el 13.
-Entonces eso sería el 1, el 2 y el 14. -dije yo.
-No. He dicho la página 56 entera excepto el 3, el 4, el 5, el 6, el 7, el 8, el 9, el 10, el 11, el 12 y el 13. ¿Que no entiendes? -contestó él.
-Mi vida es la que no entiendo. -dije en mi mente.
Fue un día agotador. En la clase de Música, un niño me reventó el oido tocando la flauta y en la de deporte, otro me dio en la cabeza con un balón de baloncesto.
¡Al fin salí! Estaba tan mareado por el balonazo que me metí en un extraño edificio. Tenía todas las puertas cerradas con llave pero por el mareo, rompí una puerta y entré en una misteriosa sala. Estaba muy desordenada y oscura. Vi a cinco personas y una me dijo.
-¿Cómo has entrado, chaval?
-¿Qué? -conteste yo ya que estaba aturdido.
-Te he dicho que cómo has entrado. -me dijo.
-Ah, lo siento, estaba un poco mareado. He entrado por esa puerta de allí. -contesté yo.
-¡Ahí va! ¡El estúpido ha encontrado una salida! -dijo él.
Yo suspiré.

FIN pero continuará...

Santo cielo!!! QUE ÓSMOSIS!!!,

estuvo estupenda la narrativa in mencionar como metiste el suspenso en una historia cómica, en un momento estas riendote y en otro esta asustado, pero lo mejor no te das cuanta donde es el cambio, excelente esta muy bueno tu fic

No puedo esperar por la parte 2 ¡¡¡a por la parte 2!!!!

PD. por ser latino no entendí algunas expresiones XD

Mumble1224 escribió:Santo cielo!!! QUE ÓSMOSIS!!!,

estuvo estupenda la narrativa in mencionar como metiste el suspenso en una historia cómica, en un momento estas riendote y en otro esta asustado, pero lo mejor no te das cuanta donde es el cambio, excelente esta muy bueno tu fic

No puedo esperar por la parte 2 ¡¡¡a por la parte 2!!!!

PD. por ser latino no entendí algunas expresiones XD

Ah, pues muchísimas gracias. Btw, ¿que expresiones? Quizas pueda ayudarte XD

Muchas gracias por escribir esto esta muy bueno.

Ok, después del capítulo 1 va el...

Capítulo 2.
Cuando llegué de las clases, me esperaba la comida, yo esperaba un gran plato de macarrones, pero eran lentejas, y se me quitaron las ganas de comer. Debéis saber que no me gustan nada las lentejas, pero ese día, estaban algo raras, ¡parecía el cuerpo humano! No os lo vais a creer, pero el caldo estaba rojo, no se como, pero lo estaba. El caldo era la sangre, las lentejas eran las células, las dos patatas eran los riñones, el chorizo (o como dice mi hermana: zorizo) era el estómago, un estomago demasiado rico y las zanahorias eran los pulmones. Ese cuerpo humano necesitaba una operación, y mi madre otra, pero culinaria, porque decía que las lentejas estaban deliciosas. ¡Parece que el único que tiene lengua en esta familia soy yo!
No tenía deberes, así que me salí a la calle. Me encontré al tonto ese que no paraba de decirme que era un imbécil, y me lo volvió a decir. Yo seguí sin hacerle caso, aunque no paraba de decirlo. Me fui al parque y el chico me estaba siguiendo. La vigésima sexta vez que me dijo imbécil me cabreé. Le dije:
-Mira niño, o me dejas o te pego. ¿Que prefieres?
-Pégame. -me contestó
Sin ninguna duda lo hice, aunque a los cinco minutos ya estaba tumbado en el sofá con el ojo morado y ensangrentado. Yo me dije a mi mismo que le pediría la revancha. Eso hice, pero a los otros cinco minutos, otra vez estaba en el sofá (ya sabéis porque, no lo voy a repetir). Me puse la tele. Iba cambiando de canal mientras decía "No. "Aburrido." "Esto esta repetido 100000000 veces." "Esto es un rollazo" ¡¿Es que no hay nada interesante en la tele?!
No pensé que diría esto, pero, ¡ojalá llegue el día de mañana! No lo diría nunca por las clases. Aunque mañana, empezamos con Literatura, mi asignatura favorita, y dura dos horas y media. Vino mi hermana a darme un poco la lata (vamos, a molestarme).
-Mad, se te ha ido la olla.
-¿Por qué?
-Porque me da la gana.
-Vete.
-No hasta que me des zorizo, que tengo hambre.
-Cógelo tú.
-No llego.
-Te aguantas.
-No me aguanto porque no me da la gana.
-¿Como hay que explicarte que este es mi fic y no quiero que aparezcas?
Al fin se fue. Parece que tiene cosas mas importantes que hacer (o no). ¡Pues por mí mejor! La pobrecita tiene solo siete años, aunque de edad mental parece que tiene tres. Yo, como me porto como un adulto, debería enseñarle modales, pero no quiero, que los aprenda ella solita, o que se lo enseñe mi padre, que para eso están los padres, ¿no?
Y este loco día acaba cuando cené y me acosté.